RESUMEN
Don Alfredo Barrantes es un hacendado despótico y arrogante en cuyas tierras se ha construído un pueblo, La Magdalena, a cuyos habitantes explota y esclaviza. Llenos de odio, los habitantes del pueblo se conjuran para matarlo un noche, en la que le maldicen a él y a toda su descendencia. Sin saberlo ellos, Dolores, una criada de Barrantes, violada por éste y embarazada, se escapa y tiene a lejos a su hija.
Años más tarde cuando la madre muere, una amiga trata de devolver a la niña a la Hacienda Los Cristales, propiedad de Alfredo Barrantes, en manos ahora de Don Joaquín, el antiguo capataz y su esposa Doña Leonor, abuelos de Luis. El día que Carolina regresa a la tierra donde nació desconoce que es dueña de todo y que por sus venas corre sangre maldita»¦Durante su ausencia, los habitantes del pueblo se han apoderado de todo y sólo esperan el transcurso del tiempo legalmente establecido para la aparición de un heredero para poder reclamar legalmente su propiedad.
Carolina quien desconoce toda la verdad, regresa como la hija de la criada. Sólo Don Joaquín y Doña Leonor saben quién es realmente y aunque la acojen, están determinados a que nunca se reproduzca. Sin saberlo cada vez que un hombre se le acerca, cada vez que el amor está por darse y ella cercana a reproducirse, la maldición se anuncia rompiendo espejos, quebrando vidrios. Rayos, truenos y tormentas caen en la región que no cesa de buscar a la hija de Barrantes para acabar con ella, para impedir que ame.
Desde el primer día que la ve a los 8 años, David se enamora de Carolina, y ante la decidida oposición de Doña Leonor pasa los años siguientes vigilándola, enviándole notas y suspirando por ella. Carolina, que crece aislada y solitaria, también se enamora de él pero todo se opondrá a la realización de este amor.
Cuando Carolina se hace mayor, contra su opinión la envían a estudiar a Bogotá, a cargo de Luis Rivas, el nieto de Don Joaquín y Doña Leonor. Luis está casado con Virginia una chica rica, hija de un importante hombre de negocios de talante mafioso, Mario del Castillo. Virginia es estéril pero sin embargo no acepta su esterilidad y está empeñada en darle un hijo a Luis. Cuando Carolina entra en su casa, urde un perverso plan para inseminar a la chica, sin ella saberlo, para que tenga un hijo de Luis y posteriormente arrebatárselo. Cuando Carolina descubre que está embarazada no puede creerlo, ya que ella no ha tenido relaciones con ningún hombre. Luis, enamorado de ella, se entera al mismo tiempo de la trampa, y se convierte en el protector de Carolina.
Mientras, en el pueblo han descubierto la existencia de Carolina y presos de la avaricia están decididos a eliminarla, por lo que se pone en marcha un complot, una vengaza, que acabará con varias vidas y un ola de violencia.
NUESTRO COMENTARIO
Una novela inclasificable y un desperdicio del talento de Fernando Gaitan. La historia de la maldición y la venganza se presenta con un tono como de realismo mágico ya que aparecen espíritus, maldiciones y conjuros, pero como esta trama se agota rápidamente se crea una trama paralela, la de Carolina y Luis en la capital, que no tiene absolutamente nada que ver, y otra historieta absolutamente enrevesada para David, al que acusan injustamente de haber dejado embarazada a una chica del pueblo y es perseguido por ello, con el único fin de mantenerlos separados todo el tiempo, y cuando decimos todo, es TODO. De hecho, se llega a dudar de quién es el verdadero galán de la novela, ya que Carolina pasa muchísimo más tiempo con Luis que con David y Rafael Novoa (Luis) sale muchísimo antes en los créditos que Manolo Cardona (David). Como además, Luis es (y está) buenísimo y es un sufridor nato, lo natural sería que David y el supuesto amor de Carolina por él sólo hubiera servido para mantenerla separada de Luis hasta el final feliz en que Luis y Carolina se hubieran casado y sido felices comiendo perdices. Pero no, cuando ya no te lo esperas, David y Carolina se reencuentran y Luis sigue su camino, triste y sólo como Fonseca.
Carolina y David se aman…porque sí, (suponemos que por otro elemento mágico más), pero no se conocen ni antes ni durante la novela. Susana Torres y Manolo Cardona no tienen ni atractivo ni química ni mucho menos pasión. Una pareja absolutamente olvidable. Tampoco Susana Torres tiene suficiente atractivo como para justificar que Luis se quede turulato también al verla, además de ser sosa de morirse.
Aparte de la trama del embarazo forzoso también introducen una serie de problemas de negocios en los que el padre de Virginia, Mario del Castillo se dedica a hacerle la vida imposible al pobre Luis, que acaba en la cárcel (una cárcel rara, pero cárcel al fin y al cabo), pero Carolina, convertida de pronto en una Doña Bárbara vengativa, logra neutralizar a Mario del Castillo, restituir a Luis su empresa, recuperar sus propiedades como heredera de Barrantes y quedarse con David.
Aunque se trata de una novela cortísima, parece que al final se les olvida que Don Alfredo era un asqueroso y que Carolina es fruto de una violación, porque la chica se pone en plan reivindicativo, e incluso viste el sombrero del papá y empuña su látigo, como si el papá hubiera sido una pobre víctima en vez de un dictador sin escrúpulos y un rijoso. Eso sí, cuando ella se pone al frente de sus propiedades pone orden en La Magdalena y se supone que le da a cada uno lo suyo y mete en la cárcel a una serie de lugareños asesinos (entre otros, se cargan al padre de David y nadie los denuncia) que se han estado paseando como si tal cosa sin que nadie hiciera nada hasta el punto que parece que la Magdalena es un pueblo en mitad de la nada, que no pertenece a ningún país y que fuera del pueblo tampoco existe ninguna autoridad que ponga orden hasta la aparición de Carolina con la policía que toma y ocupa el pueblo.
Para rematar la faena, los fantasmas de Alfredo Barrantes, de Dolores y otros más se pasean por la Hacienda Los Cristales, haciendo la vida imposible a Don Joaquín y a Doña Leonor, pero en plan graciosón, como si Alfredo Barrantes tuviera maldita la gracia ni hubiera tenido ningún sentimiento sano hacia su hijita, más allá del deseo de perpetuar su estirpe.
LO MEJOR
Que se ve con asombro, al final de la novela teníamos agujetas en la cara de no haber bajado las cejas durante toda la duración de la novela. El único que se salva un poco, y no a su nivel habitual, es Rafael Novoa que tiene cara de no saber qué pinta en ese bodrio.
LO PEOR
La ligereza con la que todo el mundo se toma la multitud de actos y conductas aberrantes que ocurren en la trama, violaciones, asesinatos, maldiciones, pactos semi-diabólicos, abusos, mentiras… Incluso el personaje de Miriam, que implica a David acusándole injustamente de ser el padre de su hijo y que miente todo el rato, resulta que acaba como sin tal cosa, casada con Gregorio, el mejor amigo de David, tan feliz ella, que debe ser que se lo merece mucho.
REPARTO
Susana Torres .- Carolina Barrantes
Rafael Novoa .- Luis Rivas
Manolo Cardona .- David
Adriana Ricardo .- Virginia del Castillo
Alvaro Ruiz
Gustavo Angarita .- Don Joaquín Rivas
Ana María Kamper/Teresa Gutiérrez .- Rita
Leonor Arango
Jorge Cárdenas .- Gregorio
Gerardo de Francisco .- Mario del Castillo
FICHA TECNICA
Producción: Canal RCN
Duración: 83 x 60″
Año De Producción: 1999
Libretos: Fernando Gaitan Salom
Dirección: Miguel Varoni
Música: Germán Arrieta
Gonzálo de Sagarmínaga