RESUMEN
La familia Luna-Parejo es la familia perfecta, ricos y con éxito. él, Daniel Luna, es un importante abogado especializado en Derecho de familia y profesor de Universidad. Ella, Marta Parejo es una importante y famosa psicóloga de parejas, que además ha escrito varios libros sobre la vida matrimonial con gran aceptación y colabora con un programa sobre consejos para mejorar el matrimonio de las personas. La pareja lleva 10 años casada y tienen dos hijos, Valentina y Vicente, que asisten a los mejores colegios.
La historia empieza el día que Marta va a publicar un libro «Diez Años de Luna de Miel», donde revela algunos detalles y secretos sobre su vida matrimonial y sobre la deficiente vida sexual que lleva junto a su adorable marido. El libro se convierte en un gran éxito pero ocasiona problemas en la vida de Marta y Daniel, quien descubre que su vida íntima se ha convertido en el tema de conversación y en el hazmerreír de todos aquellos que lo conocen.
El día de la presentación, al ver lo que Marta ha escrito, Daniel se siente ofendido y dolido, por lo cual , sin quererlo, se enreda momentáneamente con una alumna de la universidad, Verónica Dávila, quien a partir de entonces lo persigue y acosa para tratar de dañar su matrimonio. Marta, que está muy ocupada en el lanzamiento de su nuevo libro, le pide a Ofelia, su ama de llaves que le consiga a una persona que pueda cuidar a sus dos hijos.
Ofelia llama a su sobrina Fabiana Rivera, una joven estudiante de hotelería que acepta el trabajo para ayudar a la dañada economía de su familia y para juntar dinero para terminar sus estudios e irse a Australia; lo que Fabiana no sabe es que su nuevo jefe, es nada más y nada menos que el profesor de la universidad de su amiga Pili, a quien ha admirado en secreto durante mucho tiempo y al que trató de seducir sin éxito en una fiesta que acabó como el rosario de la aurora.
Verónica logra ponerle una trampa a Daniel y le hace unas fotos que hace llegar a Marta, que reaccionando de forma absolutamente opuesta a como predica, se va de la casa dejando solo a Daniel con los niños y con Fabiana, pero manteniendo en secreto su separación y así no dañar el negocio del libro.
Para cuando Marta se entera de que lo de Verónica es una trampa y que Daniel es totalmente inocente, el daño está ya hecho, porque Daniel se ha dado cuenta de que ya no la quiere, y lo que es peor, que se ha enamorado de Fabiana.
Muchas cosas separan a Daniel y Fabiana, las diferencias de clase social, de posición, y de educación, pero también la oposición de todos los que les rodean, empezando por Marta, sus hijos y toda la sociedad. Fabiana y Daniel, acompañados de sus amigos, familia y una serie de personajes variopintos, tendrán que recorrer un largo camino hasta lograr vivir juntos.
Resumen parcialmente extraido de Univision.com
NUESTRO COMENTARIO
A nosotros nos encanta Víctor Mallarino. Como hombre nos parece guapo, atractivo y varonil, con sentido del humor y capacidad de reirse de sí mismo (Y ese pelito…). Como actor también nos gusta su naturalidad, su gestualidad y su capacidad de improvisación, su rapidez y su ironía. Nos encanta Mallarino»¦¿les hemos dicho ya que nos encanta Mallarino?
En «la Baby Sister», Mallarino está «muy Mallarino». Daniel Luna es un personaje tierno, recto, honesto, sincero»¦un personaje del estilo del que representa en «Dora la Celadora», aunque la Baby Sister sea anterior en el tiempo, un Alejandro Urdaneta más alegre y más guasón, pero igualmente atractivo. Un hombre de los que te quieres llevar a casa.
Daniel Luna está casado con Marta Parejo (Marcela Gallego), una obsesa del control que se ha creído su propio personaje de mujer, esposa y madre perfecta, que cree estar en posesión de la verdad hasta el punto de que decide contar sus experiencias personajes en un libro de esos de autoayuda que inesperadamente se convierte en un éxito editorial, avalado por la fama de familia perfecta de los Luna-Parejo.
El día de la presentación del libro, Daniel descubre que su mujer ha hecho pública su pretendida ignorancia en cuestiones sexuales cuando se conocieron que, supuestamente, ha superado gracias a los sabios consejos de su mujer, por lo que prácticamente se convierte en el tema de conversación jocoso de toda la sociedad. Bastante enfadado y dolido, se va con su amigo Reynaldo, un infiel patológico, a una fiesta de la Universidad donde se encuentra con una de sus alumnas, Verónica, que quere conquistarle y llevárselo a la cama. Un poco borrachos se van a casa de ella, pero después de unos cuantos besos Daniel recupera la cordura y se va a su casa. Lo que no sabe Daniel es que aquí va a empezar su pesadilla, porque Verónica es una especie de chiflada del tipo de «atracción fatal» que se va a dedicar a perseguirle y a conspirar, ayudada por Roberto Villa, un malicioso e inmoral presentador de televisión y editor del libro de Marta, hasta lograr romper su matrimonio.
A la misma fiesta en la que Daniel se va con Verónica, asiste también Fabiana, con su amiga Pili, que también es alumna de Daniel. Fabiana lleva un año suspirando por Daniel y por fin ha decidido hacer algo para conquistarle, pero todo le sale mal, aunque Daniel la ve y desde ese momento se queda obsesionado con ella. Cuando Fabiana se presenta al puesto de niñera de los Luna, al principio Daniel se resiste, porque piensa que Fabiana viene a contarle a Marta que le vió marcharse con Verónica, por lo que empiezan con bastante mal pie, pero cuando Marta se marcha de la casa, Fabiana se convierte en una ayuda insustituible para Daniel y poco a poco se enamoran.
Con independencia de Mallarino (nos encanta Mallarino) esta novela tiene varios problemas graves.
Para empezar el personaje de Marta es tan exageradamente cargante, ya desde el principio, que no te imaginas cómo llevan 10 años casados sin que Daniel la haya estrangulado. Solamente cuando Marta se da cuenta de que no hay marcha atrás y que su matrimonio se ha roto parece que reacciona, aunque le dura poco. Marta sólo habla como una persona normal en sus conversaciones con su amigo Jorge, y nos preguntamos qué habría pasado si Marta hubiera hablado con Daniel en el mismo tono, con las mismas palabra y riéndose de sí misma como cuando habla con Jorge.
El hecho es que personaje de Marta tiene que ser cargante para que no reflexionemos mucho sobre el hecho de que cuando Marta contrata a Fabiana, mete al enemigo en casa. Nos cuentan la milonga de que Fabiana lleva tiempo «enamorada» de Daniel, aunque no ha cruzado ni una palabra con él, y que no sabe que es casado, milonga increible porque: a) Daniel lleva alianza, b) Pili es alumna suya en la Universidad, donde es facilísimo averiguar si un profesor está casado, más aún si está casado con una famosa que sale en la «tele», y c) Daniel tiene más edad de estar casado que de estar soltero, o sea, aunque haya excepciones, un hombre de esa edad es más probable que esté casado que que no lo esté. La trama pasa por encima de este hecho tan incómodo, que Fabiana va a la caza de un hombre casado importándole un pito ese hecho. También nos cuentan otro rollo con su amiguita Pili, que con las mismas intenciones se enrolla con el otro profesor, y amigo de Daniel, el tal Reynaldo.
Cuando se separan, es verdad que Marta se porta fatal con Daniel, yendo de sabionda por el mundo, pero nos subrayan características de Marta para dejarnos ver que es «muy mala y egoista», aunque Marta es una buena madre y quiere mucho a sus hijos y se preocupa por ellos. El que nos muestren que Marta tiene bastantes obsesiones educativas no quiere decir que ella esté automáticamente equivocada e incluso le reprochan que, por ejemplo, esté de mal humor cuando se separa de Daniel, aunque en la realidad lo anormal sería que no lo estuviera, o que quiera llevar a sus hijos a un museo de antropología, y que les organice planes de diversión que sus hijos no encuentran nada divertidos, en cuyo caso la mayoría de los padres de este mundo también se merecerían, según la tesis de la novela, que sus hijos no quisieran vivir con ellos. Otro ejemplo de lo «mala» que se supone que Marta es con Fabiana: cuando se va con sus niños a vivir a casa de sus padres y los ve tan aburridos y que extrañan tanto su casa, Marta les propone crearles un cuarto de juegos en la habitación de Fabiana y que Fabiana se traslade al cuarto del servicio, ante lo que Fabiana pone cara de ofensa infinita, como si fuera un desdoro que te traten como una empleada»¦cuando eres una empleada»¦Y todo esto para defender que, tanto los niños como Fabiana, conspiren contra Marta para volver a vivir con Daniel y así pueda Fabiana vivir con Daniel sin culpa y sin el estorbo de Marta y todos nos creamos que eso está muy bien y estemos tan contentos. Y que aunque Marta se porte decentemente con Fabiana (Marta es pelmaza solamente) sea estupendo que ésta última le de la puñalada trapera. Porque no nos engañemos, aunque no es verdad que Daniel y Marta se separen por culpa de Fabiana, lo que sí es verdad es que Fabiana se porta mal con Marta.
A nosotros nos parece justificado, aunque resulte bastante forzado, que Fabiana se enamore de Daniel, (nos encanta Mallarino, ¿les hemos dicho ya que nos encanta Mallarino?), lo que no nos explicamos ni por activa ni por pasiva es qué ve Daniel en Fabiana, salvo que está buenísima (y decimos «buenísima» conscientemente, para diferenciarla de guapa, ya nos entienden). Fabiana es una estudiante, ni fu ni fa, que eso sí, tiene mucha ambición de salir de su barrio e irse a Australia, aunque es una ambición de quita y pon que imaginamos que le achacan para que el personaje tenga alguna característica diferenciadora, pero que se olvida a los dos segundos. También es animadora de esas del fútbol, pero no se sabe por qué se salta todos los ensayos, cosa que tiene a la directora del grupo con un cabreo negro de lo informal que es. Se supone que Fabiana no va a los ensayos porque está ocupadísima con los estudios, pero lo único que la vemos hacer es cotillear con las amigas en la terraza de su casa, y cuando la directora del grupo de animadoras le dice que le va a descontar dinero de su sueldo de animadora, (fíjense que mala que le descuenta el tiempo que no trabaja porque no le da la gana), Fabiana reclama que ella necesita mucho el dinero, pero cuando le ofrecen el trabajo de niñera de los Luna no sólo hace de todo para no aceptarlo, sino que ante cualquier contrariedad renuncia sin cesar, igualito que como si le sobrara el dinero.
En sus conversaciones con Daniel y los niños, Fabiana no muestra ninguna señal de inteligencia ni profundidad. Eso sí, es bastante alegre, lo que no sabemos si es motivo suficiente como para que a un señor con todas las letras le parezca que sus conversaciones son la bomba, porque ella nunca dice nada que sea especialmente divertido ni ingenioso, salvo que él encuentra muy divertido que ella dice un montón de palabras mal (menudo mensaje subliminal, la ignorancia como factor de atracción sexual). En un momento se deja un cuaderno en casa de Daniel que él ojea muy entretenido»¦aunque no sabemos con qué se divierte, porque el bendito cuaderno no parece hecho por una chica que está en la Universidad, sino por una niña de 11 años de un colegio de monjas de esos de los de antes, llenos de cenefas, dibujitos y tiras bordadas. Tampoco, aunque nos dicen que sí, sirve de mucha ayuda a Daniel. O sea, dicen que le ayuda mucho, pero los espectadores no lo vemos, porque en realidad Fabiana es un desastre con patas y a la primera de cambio ya está llamando pidiendo árnica, con los niños, lo que parece más natural, pero también con la lavadora, a la que le echa un kilo de detergente y luego se asombra de que la espuma llegue hasta el jardín, o con la promesa de las entradas de fútbol, que no puede conseguir. Fabiana dice mucho eso de «no se preocupe Doctor, que yo lo arreglo» pero no lo arregla. Fabiana no arregla nada.
En realidad, aunque nos intente vender la moto, lo único que tiene Fabiana es que está buena, que tiene 20 años, y que baila salsa con un contoneo mareante pero como base de un historia de amor de esas de las que emocionan, como que nos parece que le falta un poco y se queda bastante corta. Fabiana le hace compañía a Daniel y le es muy fiel, pero las anécdotas que ella cuenta de su vida son puras tonterías, de esas de pasar el rato.
El problema de Fabiana se agrava porque Paola Rey es una actriz llenita de muecas, caritas y mohines, que no transmite casi nada, salvo sus mohínes y caritas. Se pasa la vida abriendo mucho los ojos como si el aumentar la superficie del globo ocular sirviera para aumentar la expresión de no se sabe qué, como si actuar se limitara a hacer muchos gestos.
La «Baby Sister» tiene el dudosísimo honor de ser una de las telenovela en la que las tramas secundarias nos han interesado menos. En la mayoría de las telenovelas hay alguna trama que no nos interesa, pero es que en «La Baby Sister» después del segundo capítulo, ya decides que el resto de los personajes son insoportables, agravado porque dos de esas tramas presentan a mujeres, Roselia y Leticia, que pasan por carros y carretas con tal de seguir casadas, que perdonan cosas imperdonables a sus maridos, y ni siquiera nos presentan este hecho como una crítica clara, o si lo critican es tan sutilmente que nosotros no lo vemos, como si ser un felpudo fuera muy gracioso. En el caso de Roselia, su machismo la lleva también a proteger a su hijo Giovanni, un archi-mega-requetevago, un aprovechado y un caradura, al que su madre le perdona todo.
LO MEJOR
Seguro que no lo adivinan, lo mejor de «La Baby Sister» es»¦¡¡¡Mallarino!!! «¦y Daniel Luna, o Daniel Luna y Mallarino.
A pesar de todo lo dicho, la trama principal se deja ver y los diálogos son buenos. Hay una escena en la que Fabiana le hace a Daniel una demostración de cómo bailan las animadoras (como si una chica de 20 años con el aspecto de Paola Rey pudiera ser tan inocente respecto a la impresión que causa en los hombres, pero esa es otra historia), en la que la expresión corporal de Mallarino es tan graciosa que no puedes por menos que reirte.
A diferencia de «Dora» una novela inexplicablemente «blanca», aquí si hay pasión entre Daniel y Fabiana. Ellos dos no pegan nada entre sí, para qué lo vamos a negar, pero los besos y esas cosas sí tienen emoción.
También nos gusta el hecho de los mismos Daniel y Fabiana sepan que no pegan nada y que tienen poquísimas cosas en común. Este «no pegan nada» no es el mismo «no pegan nada» del párrafo anterior. En el párrafo anterior nos referíamos a que físicamente no pegan, porque Paola Rey es muy mona, pero a diferencia de Zharick León (Dora) que es muy joven pero con aspecto de mujer hecha y derecha, Paola tiene aspecto de chavala que está todavía a medio cocer. Cuando decimos que Daniel y Fabiana saben que no se pegan queremos decir que los personajes son conscientes de que ni sus gustos, ni sus vidas, ni su educación, ni sus familias, ni sus círculos de amigos coinciden y es difícil que vayan a coincidir. Aunque luego esas cosas, que en la vida real son verdaderamente importantes, en la novela no se tengan en cuenta, por lo menos en un momento de la trama se admite que existen y que son elementos dignos de tener en cuenta antes de empezar cuaquier relación.
Otros personajes, además de Daniel, que nos gustan son: Vicente Luna, un niño riquísimo (ya podrían aprender en Televisa a conseguir niños que parecen niños), otro niño, Chan Chan Rivera, una monada comestible y curiosamente, el personaje de Jorge Camargo, el amigo de Marta, que siempre dice lo que debe con guasa y con cinismo.
LO PEOR
Además del tema de las mujeres felpudo, que nos enerva, el personaje de Verónica Dávila lo han debido escribir en un momento en que los guionistas se habían puesto hasta las trancas de orujo, porque es un personaje absurdo, y es tonta de remate. Y el comportamiento de Daniel con ella (algún defecto debía tener Daniel) es igualmente absurdo e increible que un hombre adulto tenga tan pocos recursos.
Un tema preocupantes es el hecho de que no paren de hablar de Pili como de una gorda. No nos referimos al «gorda» que tanto Pili como Fabiana usan la una con la otra como expresión de cariño, sino al «gorda» de toda la vida, el «gorda» de siempre. Cecilia Navía, la actriz que hace de Pili, es una chica un poco rellena, con un buen trasero, pero nada exageradísimo, o sea, es una chica rellenita dentro de los cánones de lo normal, como hay miles en el mundo y no se le hace ningún favor a nadie clasificando a una chica con un ligero sobrepeso como una gorda, gordura que Reynaldo utiliza además para decirle a su mujer que ha tenido una noche espantosa porque «ha tenido que estar haciendo compañía a una gorda», como si por estar gorda fuera automáticamente una plasta, aburrida,insoportable y sin atractivo.
REPARTO
Victor Mallarino.- Daniel Luna
Paola Andrea Rey.- Fabiana Estrella Rivera Chitiva
Marcela Gallego.- Martha Parejo
Ernesto Benjumea.- Roberto Villa
Geoffrey Ruffel.- Vicente Luna
Manuela Bolivar.- Valentina Luna Parejo
Norida Rodriguez.- Leticia de DiaZ
Victor Hugo Cabrera.- Raymundo DiaZ
Hugo Gomez.- Fidel Rivera
Patricia Grisales.- Roselia Chitiva de Rivera
Manuela Gonzalez.- Veronica Davila
Cecilia Navia.- Pilar Guaqueta
Andres Felipe Martinez.-. Jorge Camargo
Sebastian Sanchez.-. Giovanny Andres Rivera Chitiva
Luis Fernando Salas.- Edwin Etiel Paipa
Ana Maria Abello.- Catalina
Dario Acosta.-. Kendall
Felix Antequera.- Jhonny
Anderson Balsero.- Comanche
Angelly Moncayo.- Sofia Pelvis
Ramiro Meneses.- Jose Gabriel
Adriana Vera.- Dr. Luisa
Astrid Hernandez.- Angela Maria Perez
Maria Margarita Giraldo.- Ofelia Chitiva
Sain Castro .- Emiliano Rivera
Alejandra Miranda.-. Isabel
Juan David Sanchez.- Chan Chan Rivera
Manuel Busquets.- Manuel Parejo