RESUMEN Produccion: RTI-Telemundo http://www.telemundo.com
La familia Méndez es dueña de una finca ganadera, de cría de caballos y toros de lidia y de una constructora. La familia está compuesta por Alejandro Méndez e Isabel Garrido, con sus hijos Pablo y Helena .También vive con ellos el padre de Isabel, Félix Garrido. La familia Méndez es muy respetada y querida en la región, aunque tienen un enemigo declarado, Milcíades Contreras, un acaudalado ganadero, que también es su vecino más próximo. La razón de la enemistad con Milcíades se debe a que éste siempre estuvo enamorado de Isabel, que le rechazó y prefirió a Alejandro. Desde entonces, Milcíades se ha dedicado a cometer todo tipo de tropelías en el pueblo y también contra los Méndez, que se han mantenido al margen para fomentar la paz.
La tragedia empieza cuando Félix se casa con una mujer mucho más joven, Deborah Buenrostro, muy ambiciosa y de oscuro pasado.
Al comienzo de la historia, Diana Rivera, una joven veterinaria, hija de Pedro Rivera, contable de la constructora y empleado de confianza de toda la vida de D. Félix, se incorpora a trabajar en la finca de los Méndez. Diana se siente inmediatamente atraida por Alejandro, pero se resiste a esa atracción por ser Alejandro un hombre casado. Cuando Isabel muere en trágicas circunstancias, Diana se convierte en el mayor apoyo de Alejandro, que ha quedado hundido, y poco a poco nace el amor entre ellos. Sin embargo, otro nuevo obstáculo se interpone, ya que Pablo Méndez, el hijo de Alejandro, también se ha enamorado de Diana y no acepta que ella le rechace constantemente. Cuando Pablo se entera de la relación entre Diana y Alejandro, sufre un accidente que le deja paralítico. Diana y Alejandro terminan su relación a causa de esto.
Cuando Deborah descubre que el verdadero propietario de todo es Alejandro, decide conquistarle, para lo que pone en marcha una serie de planes que implicarán a todos y perjudicarán principalmente a la familia Rivera, ya que Diana y el amor que Alejandro siente por ella, es el principal obstáculo en su camino.
Diana y Alejandro, deberán solucionar todos sus problemas, para poder vivir su amor.
NUESTROS COMENTARIOS:
Una novela con una excelente realización, y un buen guión inicial, pero muy irregular. Empieza con mucha fuerza, con buena definición de los personajes, y estupenda atención a los detalles, pero poco a poco el interés decae y los personajes se desdibujan. El interés se mantiene gracias a la interpretación (y al atractivo físico) del elenco, que hace lo que puede con la suerte que le ha tocado. El guión desaprovecha situaciones dramáticas que podrían haber dado mucho juego, como la rivalidad entre el varón joven y el maduro, o la relación de amor fraternal y horror entre Deborah y Camila, que no se analizan en profundidad, mientras que dedica excesivo metraje a los aspectos más convencionales de la historia.
Destaca la interpretación de Catherine Siachoque, como Deborah, una de las «malas» con más gracia que se han visto en la televisión, pero su personaje también acaba derivando hacia el absurdo más absoluto. También consigue una gran interpretación, aunque es un personaje totalmente desaprovechado, Carolina Lizarazo en el papel de Flor, que merecía haber tenido una mayor intervención. La relación de Flor con Diana es de lo mejor de la novela, y las conversaciones entre ellas son muy realistas.
Por desgracia, como ocurre también en muchas otras novelas, se alarga innecesariamente en detalles sin importancia y concluye de forma precipitada, con lo que muchísimas de las tramas secundarias quedan sin explicar, lo que es particularmente perjudicial en esta novela, ya que las tramas secundarias son muy graciosas y los personajes son entrañables. Al principio de la novela se introducen detalles, que dan a entender que hay una historia interesante detrás, como la de Pueblita y su casa debajo de la escalera del parroco, que se queda ahí, o como la del Juez, y su pasado de seminarista, o los personajes de Aycardo y Justina, que se esfuman a mitad de la novela, o el hecho de que Nashly Carmona no exista, cuando el detective privado la investiga, o simplemente el hecho de que Nashly Carmona sepa artes marciales….
LO MEJOR…
Los personajes secundarios, principalmente las hermanas Angeles Vivas (Clementina, Tulia y Empera), Pueblita, Sacrificios y todo el pueblo de Soplaviento, aunque se deberían haber esmerado un poco más con el casting porque ¿quién se puede creer que las tres hermanas, que son unas mujeres guapas y de rompe y rasga se hayan enamorado de una cagarruta como Sacrificios, hasta el punto de traicionarse unas a otras? ¡Venga yaaa! Jorge Cao, en el papel de Milcíades, se nota que se divierte siendo un malo de opereta, y contagia al espectador su diversión. Milcíades no se merece que lo despachen en un santiamén.
LO PEOR…
La construcción de los personajes, que no tienen consistencia ni personalidad, y tienen un comportamiento inexplicado, inexplicable y absurdo. Los diálogos son manidos, repetitivos y huelen a rancio, a algo ya oido y visto muchas veces. Da la impresión de que no hay suficiente texto para el desarrollo normal de las escenas, por lo que, los personajes:
– estiran los parlamentos para que les duren, de una forma muy poco natural. En particular, el personaje de Alejandro no tiene apenas o nada que decir, lo que hace que hable muy despacio y de forma artificial
– Repiten una una y otra vez las mismas muletillas «¿qué parte no entiendes?, Yo necesito pruebas contundentes, Te quiero con el alma…»
En especial, el personaje que más sufre este deterioro es el de Alejandro, que casi llega a convertirse en un monigote. Su comportamiento con Pedro Rivera es imperdonable, y en un caso real, habría sido muy difícil que una hija amorosa le perdonara algo así a un hombre, sobre todo cuando su comportamiento con Deborah, es justo el opuesto. ¿Y qué decir de la relación de Pablo y Alejandro? El conflicto es forzado, ya que Diana no se trata de un títere que se repartan entre el padre y el hijo. En la novela parece como si ella no tuviera nada que decir, ni poder de decisión en el asunto de a cuál de los dos prefiere. El comportamiento de Pablo es impropio de un hombre de esa edad, ya que no sólo no acepta un no por respuesta, sino que además se crea unas fantasías totalmente infantiles y sin fundamento.
Dos personajes dignos de mención especial, porque pasarán a los anales de la estupidez suprema, son Camila Buenrostro y Helena Méndez. El tratamiento del problema de la violación de Camila es frívolo e imperdonable, ya que lo ocurrido no parece tener en Camila más efecto que el de llorar unas lagrimitas. Continúa comportándose y vistiendo igual, e incluso no tiene inconveniente en seguir intentando atrapar a Pablo mediante el sexo. Los gestos de Camila son impropios de una mujer de la edad que aparenta la actriz, ya que son dignos de una jovencita que ni siquiera ha llegado a la edad adolescente. El personaje de Helena, salvo por la forma de vestir, es digno de una época pasada, con esos comentarios absolutamente clasistas y groseros, que no puede creerse nadie que todavía existan. Además, si Alejandro e Isabel son tan llanos, tan corteses, tan trabajadores, ¿cómo es posible que dejen que su hija se comporte de esa manera, incluso en su presencia? El problema se agrava porque la actriz Carmel Altamirano no tiene el físico adecuado para un papel mimoso, inmaduro, tierno y algo ingenuo debido a su juventud, por lo que lo que, en la práctica, lo que parece es tonta de remate.
El peso de los personajes en la trama también está descompensado, con una participación excesívamente larga de Deborah, en detrimento de Diana, e incluso de Alejandro.
La novela no aplica, con un claro perjuicio para el resultado obtenido, las reglas clásicas del género, ya que, ni Diana, ni Alejandro, y ni siquiera Pablo, le cuentan a nadie qué les pasa, ni qué sienten, salvo en sus aspectos más superficiales, por lo que el espectador lo ignora. Cuando Diana le dice a Alejandro, «Yo he sufrido mucho, y he creido que estabas con Deborah», el espectador tiene que creer en su palabra, sin prueba alguna, ya que apenas se le ha visto sufrir, ni llorar. Tampoco se explican algunas relaciones, salvo porque estaban escritas en el guión. ¿Cómo es posible que Salvador siga enamorado de Helena, con las cosas que ella dice y hace? Sin embargo, Salvador ama a Helena….porque ama a Helena, porque le toca. A Flor le toca el premio de consolación de Bernardo, del que se enamora al final, también porque se tiene que enamorar al final.
A partir de determinado momento, hay apenas escenas juntos de los dos protagonistas, por lo que se desperdicia el poder y la atracción que tienen, para los aficionados al género, las escenas basadas en la clásica «tensión sexual no resuelta». Basta con leer los comentarios de los integrantes del Foro de la novela en la página web de Telemundo, para darse cuenta de que la tensión aumentaba de forma espectacular en aquelllos capítulos en que Diana y Alejandro aparecían juntos.
Por último, y aún aceptado que es un elemento clásico de las telenovelas las diferencias de clase social. En esta novela, los ricos salen bien librados, de todas las tonterías y maldades, comportamientos egoistas y ruines, mientras que los pobres lo pagan caro, incluso con la vida. Ni Pablo, ni Helena ni Camila han hecho nunca nada de provecho, ni trabajan, ni estudian, ni ocupan su tiempo en nada productivo. Su comportamiento con su padre es egoista y con ellos mismos es irresponsable. Sin embargo, si se comparan con el personaje de Charo, ellos salen indemnes de sus errores. Mientras es explicable que una mujer sin formación ni recursos, se crea el cuento de la carrera internacional de modelo, no pasa lo mismo con Helena. Después, enfrentadas al hecho de su secuestro, Charo se comporta con valentía, recursos y con una generosidad que Helena no se merece ni se gana, y sin embargo, Charo paga muy caro su error, y Helena sigue como si nada.
REPARTO (Elenco)
Miguel Varoni (Alejandro Méndez)
Danna Garcia, (Diana Rivera)
Caterine Siachoque (Deborah Buenrostro)
Michel Brown (Pablo Méndez)
Jorge Cao (Milcíades Contreras)
Carolina Lizarazo (Flor)
Carmel Altamirano (Helena Méndez
Martín Karpan (Luis Carlos, al principio González y luego Carmona)
Ana Lucía Domínguez (Camila Buenrostro)
Juan Pablo Shuck (Juan Manuel)
Silvio Angel (Pedro Rivera)
Consuelo Luzardo (Rufina de Rivera)
Silvia de Dios (Empera Angeles Vivas)
Natalia Giraldo (Tulia Angeles Vivas)
Helga Díaz (Nashly Carmona)
Melvin Cabrera (Chava)
Martha Isabel Bolaños (Charo)
Julián Alvarez (Aycardo)
Ricardo Herrera (Emilio)
María Cristina Pimiento (Estefanía)
Iván Rodríguez (Sacrificios)
Carlos Duplat (Félix Garrido)
María Helena Doering (Isabel Garrido de Méndez)
Luz Stella Luengas (Clementina Angeles Vivas)
Julio del Mar (Tobías)